domingo, 28 de octubre de 2007

"Esto es por mis vacaciones"

Tal vez haya sido una decisión un poco precipitada de mi parte, tal vez fue que en el momento se me ocurrió que era lo mejor y sólo seguí eso que llamamos instinto; pese a que no me sentía completamente a gusto en un lugar desconocido –y atribuí esa incomodidad a estar en un lugar del cual siquiera tenía conocimiento de su existencia-, pero quedé con el pensamiento de que era sólo un poco de costumbre y luego todo pasaría a ser tan normal como el día a día… de hecho, espero que así sea. No sé, algunas personas me miraron con cara extraña y me dijeron de que iba a perder demasiado tiempo y por una razón que carecía de argumentos lo suficientemente sólidos como para gastar mi energía en eso… simplemente, creo yo, que será por hacer algo en vez de quedarme en casa sin hacer nada.

Ocurre lo siguiente: me llegó un mail en la semana de la bolsa de trabajo –mi intención es trabajar diciembre (tal vez un poco antes) para juntar dinero para poder ir de vacaciones a algún lugar durante el verano- en el que se me daba una oferta de trabajo como vendedor de productos Coca Cola en la línea del MERVAL. Lo pensé, lo medité y envié un mail para preguntar algo que me quedaba en duda. Recibí otro mail de respuesta en el que se me invitaba a una entrevista el día sábado. Me presenté y me explicaron la situación del trabajo; y, en realidad, he de reconocer que el dinero es muy poco y es una cosa de mucha suerte el poder vender productos. Sin embargo, en vista y considerando de que es la primera vez que me presento a algún trabajo –y luego del consejo de mi hermana y de toda mi familia, que me dijo: “por algo se empieza”-, entonces acepté. Lo malo, y algo que no consideré, fue que puse casi todo el tiempo que tengo para poder descansar: ¿valdrá la pena?

De momento, es algo en lo que no quiero pensar más, pues ya dije que sí y pronto recibiré un mail en el que se me confirmen los días y el horario en el que comenzaré a trabajar. Me da miedo el hecho de que pueda pasar toda la tarde viajando en la red de 40 y tantos kilómetros y me quede con la mochila llena, sin vender nada. Pero, ¿para qué ser tan pesimista? Se viene la época de calor en la que todos anhelamos tomar algo frío y compramos bebidas. Espero tener la suerte y poder alcanzar una suma alentadora para poder continuar en el trabajo y que, realmente, me dé ánimo para seguir; así mismo, que me alcance para poder tener mis anheladas vacaciones.

Por último, si es que las cosas no se dan como yo piense, haré uso de las ventajas del sistema: un horario flexible y disponibilidad que yo pueda dar. Como ya me decían, si no es suficiente o no me siento cómodo, puedo tomar un tiempo de prueba, retirarme y cobrar lo que corresponda. Es como extraño pensar en eso de que comenzaré un trabajo, más encima que nunca he sido vendedor, no sé si tengo el carisma, no sé si la gente me va a tomar en consideración. Tal vez, ¿poner carita de pena? Jajaja. O, simplemente, escribir en la polera: “Esto es por mis vacaciones: Compre”. Mejor aún, ese lema me lo podría pegar en la frente para darme cuenta de que las cosas cuestan. A veces me siento como que me quiero adelantar a los sucesos, como que quiero crecer y trabajar ya. ¿Otro pseudo golpe de madurez? No lo creo, pero es bueno comenzar a obtener las cosas por sí mismo de vez en cuando y valorar un poco más lo propio, lo independiente.


So Hard - Pet Shop Boys
Saludos!


kinkan ®

domingo, 21 de octubre de 2007

Un Camino de Santidad

Se suponía que este año haría lo mismo que los años anteriores en esta fecha: asistir a la Peregrinación a Los Andes; 27 kilómetros de caminata en que lo pasas muy bien sin olvidarte del real sentido que tiene ese caminar con todo el cansancio que eso provoca y que, a la larga, nos recuerda que la vida misma es un constante caminar –mucho más largo que 27 kilómetros- en el que a veces podemos caer y luego nos vamos a levantar para continuar hacia delante y aprender más cosas cada vez.

Resultó que no seguí mi tradición de 3 años asistiendo y conociendo nueva gente entre tierra, polvo, agua, sol y mucho calor. Me bajó la nostalgia sólo el viernes en la noche cuando, desde el piso 19 de la Torre Valparaíso, salí a un pequeño balcón que daba directo a mi ex colegio, en donde percibí movimiento de personas y vi encendida la luz de la oficina de Pastoral; vino de golpe a mi cabeza el recuerdo de que al día siguiente se realizaría la Peregrinación y yo no iba a estar incluido en el grupo de aquellos peregrinos. Escuchaba Penélope de Diego Torres –una historia que contaré después- y fue como que me vinieron a la mente demasiados recuerdos e, incluso, historias recientes.

Fueron 3 años los que pude participar. Recuerdo que llegaba que octubre era el mes en que esperaba para poder preparar las cosas, el saco de dormir –que al principio, efectivamente me servía para dormir y el año pasado sólo fue de paseo porque me quedé conversando toda la noche con un amigo- el cocaví y mucha agua para no deshidratarse con los casi 30º de calor que nos iban a esperar a mediodía en las mediaciones cercanas a la cordillera. Era genial salir a caminar de noche por el interior del colegio, mirar las estrellas que parecían multiplicarse en esa oscuridad, y soñar con ese silencio que durante el día era imposible percibir: una ciudad que duerme y un establecimiento que también pretende hacerlo, sólo que las historias que allí se tejen siguen tomando su fuerza durante la noche, o al menos el inconsciente colectivo le permitía mantenerse en vida. ¿Cuántas veces jugamos alguna broma, yendo a golpear las puertas cuando todos estaban tan tranquilos? ¿Cuántas veces caminamos por los pasillos silenciosos mirando hacia las salas en busca de algo?

Quién sabe cuánto tiempo más me separe de volver a recorres esos 27 kilómetros de sol y alegría. Cabe recordar el espíritu distinto y festivo que te acompaña durante todo el recorrido, pese al cansancio, el recuerdo de la primera santa chilena que, según la tradición, habría realizado ese mismo camino para poder llegar al convento de las Carmelitas Descalzas que había en el Carmelo. Ahora, en su recuerdo, se alza el Santuario que lleva su nombre como modelo de vida y santidad. Confieso que para mí se convirtió en una necesidad el asistir cada año, y más de alguna vez le pedí que intercediese por mí por algún favor y tarde o temprano se daban señales de que se cumplía mi pedido. Es grandioso tener ese tipo de experiencia.

“De Chacabuco al Carmelo: 27 kilómetros de santidad” era el lema que escuchábamos durante todo el camino y nos alentaba a no rendirnos, de que algo grande nos esperaba. El año pasado lloré al estar en la cripta y fue una sensación muy mágica, es sólo mirar el lugar, sentir ese aire distinto en donde descansa alguien que hizo cosas tan bellas que, aún después de su muerte, lograron repercutir en la realidad. A mí, me ha ayudado bastante.

Este año me lo perdí, pero el recuerdo de una experiencia tan linda no se va tan rápido, y espero volver a repetirla el año venidero.



Porcelain - Moby
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sábado, 20 de octubre de 2007

Juego

A veces tenemos un plan más o menos trazado, creemos que las líneas que tiramos entre una ruta y otra son exactamente las que vamos a tomar. Me doy cuenta que no siempre es así; a veces es para bien y otras, no. No sabría cómo catalogarlo en este momento, pues ¿quién sabe cuándo se está equivocando en un juego en el que nunca sabes si saldrás perdedor o ganador? En esos momentos creo que es necesario arriesgarse a tirar los dados y ver qué es lo que pasa, cuántas posiciones hay que avanzar y seguir el famoso destino.

Tenía todo pensado de una forma, creía que era el único que estaba intentando ver la situación de una manera más omnisciente, en momentos me sentí como el gran sabio del asunto y que, poco menos, se me debía adoración: me alegro de ver que me he equivocado en ese aspecto. En momentos ya veía que se acercaba un final de manera precipitada y casi inevitable, pero era evitable, sólo hacía falta una conversación para aclarar los puntos en conflictos y luego concluir con una sonrisa y un cambio total de mentalidad que ahora me hace estar mucho más tranquilo.

Estoy muy satisfecho luego de esa pequeña discusión –entiéndase como un diálogo en el que puede haber diferencias, pero no una pelea- que nos llevó a soltar un poco lo que teníamos escondido por tanto tiempo en nuestros corazones. Fue bueno escucharte, pues hacía tiempo que esperaba que se diese una instancia para poder llegar a tal profundidad; pero, como ya te decía en algún momento, espero que no debamos llegar a tal extremo para lograr esa conexión tan linda.

Ya lo decía: todo es un juego y no sabemos cuándo ha de acabar; acaso alguien ocupe una ficha que te haga avanzar más rápido y gane; tal vez perdamos todos, tal vez no alcancemos a cumplir una victoria. De momento, no quiero pensar en eso, sólo quiero dejar que las cosas pasen, “que todo fluya”. Me alegra saber que cuento con tu disposición para esto, y ya sabes lo que yo pienso al respecto. Ahora, vamos de a poco, vamos lento, vivamos cada segundo al máximo… no sabemos en qué va a terminar todo esto: ¿para qué saberlo? Es mejor vivirlo de a poco, mejor crear una historia con cada paso y no saltarlos. Es bueno saber que a veces se puede comenzar de nuevo, si nos damos cuenta de que estábamos en el momento preciso para tomar aquella decisión.


Guitar Flute and String - Moby
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jueves, 18 de octubre de 2007

En Búsqueda del Pasado

Hacía tiempo que no me pasaba algo como esto: una pequeña nostalgia que se convirtió en un divagar de ideas por algunos instantes. Iba caminando por continuación de av. Pedro Montt (pasado Av. Argentina en dirección hacia el Cerro Larraín) y vi de pasada y el que en algún momento había sido mi colegio –no recuerdo bien si era colegio o escuela-, y sentí que las cosas habían cambiado de manera tan rápido que no pude darme cuenta de ello hasta ese preciso momento en que pasaba por ahí, 8 años después de haberlo dejado.

Todo fue por el traslado que tuvimos que hacer a Punta Arenas por asunto de trabajo de mis padres: fue un cambio más o menos drástico para mí que más de alguna vez me hizo derramar una lágrima en silencio mientras moría de frío y después me podía divertir en la nieve del invierno que quería seducirme en su juego y contarme de las bondades que tiene el sur, de decirme que serían muchas las historias a partir de los 4 años que pasé allá y que me han inspirado hasta ahora; que me han hecho ser lo que soy ahora. Me pongo a pensar en qué habría pasado si nunca nos hubiese tocado el traslado a esa localidad tan austral de nuestro país, tal vez siquiera estaría escribiendo esto en este momento y mi vida habría sido totalmente distinta: ¿quién sabe?

Veo que es algo inconsciente el hecho de recordar el colegio y asociarlo con mi cambio de casa –un cambio bien extremo-. Miré a todos lados en busca de alguien conocido (es una tendencia casi innata que tengo de buscar gente del pasado en el presente, para luego darme cuenta de que los caminos ya han avanzado), tal vez alguna profesora que me fuese a recordar. Aunque pueda parecer extraño, cuando fui hace 4 años atrás, había una profesora que me recordaba aún cuando sólo estuve con ella en kinder… en el inicio de mi escolaridad. ¡Cómo se pasa el tiempo! Y ahora pasaba caminando por el lado, viendo que muchos autos se estacionaban a la salida y algunas rejas que en mi tiempo no había; el mismo silencio de la tarde que, por ser alumno de jornada de mañana, nunca había percibido.

Pasé por en frente y vi el establecimiento tan pequeño, contrastándolo con la imagen de un lugar inmenso que yo tenía cuando pequeño, un lugar en el que solía jugar, correr, gritar y aprender muchas cosas: conocí a dos grandes amigos que hasta el día de hoy sé que puedo contar con ellos. Increíble como un solo lugar puede regalarte tantas cosas, y aún cuando ya habrá pasado casi una década de que lo dejaste, aún sigan aflorando los recuerdos de él. Seguí de largo e inmediatamente me vino a la mente mi propia imagen: mi rostro al que se ha marcado –un poco- el paso del tiempo; la barba y los días de juventud. ¿Realmente me reconocerían, siendo que cuando me fui era imberbe y tenía el pelo mucho más corto? Tiempos en que aún era mucho más obediente que ahora…

Aunque ya sea imposible, a veces vuelvo al pasado y corro por sus pasillos y converso nuevamente con mis maestros que me enseñaron los primeros pasos en el camino al conocimiento. Todo ha sido por algo y me alegro de haber pasado por ahí, y creo que Dios me llevó a conocer otro lugar en el momento preciso…


Remind Me - Royksöpp
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miércoles, 17 de octubre de 2007

Será no más....

Sí, es cierto que hay ciertas cosas que son inevitables; pero es inevitable querer que las cosas pudiesen regresar al pasado cuando ya están hechas: cuando debemos resignarnos en un alea iacta est. Pero es difícil, sobre todo cuando te cuesta entender que una situación –literalmente- se te escapó de las manos y te sientes triste por eso, te sientes tonto, pues no entiendes cómo pudo ocurrir, siendo que era tan fácil como pensar un poco en el lugar en el que te encontrabas, poner firmes las manos e impedir que cayera al suelo y luego se perdiera en el mar.

Hoy pensaba que iba a ser un gran día, tenía todas las intenciones de que así fuese puesto que venía lleno de la energía de un fin de semana muy grato para mí. Todo parecía ser bueno: día de sol, mucho calor y un cielo celeste que me invitaba a pensar. El cambio de hora también jugaba un papel importante en esta primavera que se hace más linda y nos hace sentirnos mucho mejor –a excepción de los que poseen alergia-, el hecho de ver luz al momento de iniciar y terminar el día. Todo parecía que iba a ser perfecto, contemplando un encuentro distinto.

Pero “uno propone y Dios dispone”, según dice el dicho popular, “…y el diablo lo descompone” como decía mi abuelita. No entiendo cómo fue que ocurrió, por qué caminé hacia ese lugar, porque me dejé llevar, por qué di cada uno de los pasos hacia ese lugar… sin pensar en lo que podría ocurrir. Pues bien, puede parecer un tanto estúpido el haber escrito toda esta historia para decir que aún me cuesta entender cómo se me pudo haber escapado el celular de las manos en Av. Perú, en las rocas… es difícil creer que algún día lo vaya a encontrar. No entiendo cómo fue, me siento como tonto, pero son cosas que le pueden pasar a cualquiera.

No hallaba dónde esconderme, en ese momento no me lo quería creer y me decía a mí mismo: “esto es un sueño, te vas a despertar en este preciso momento y verás que nada de esto ha ocurrido”. Pero no fue así, y ahora me desaparezco de la telefonía móvil quien sabe por cuánto tiempo. ¿Será para mejor? Por un lado sí: para librarme de tanto onda magnética que puede afectar el cerebro, para no tener que pensar que debo cargarlo cada cierto tiempo, para no tener que preocuparme de que tengo que llevarlo cuando salga, para no tener que recibir llamadas de gente con quien no quiero hablar –si se da el caso -.

Son cosas inevitables que nos ocurren: no hay mal que por bien no venga, dicen por ahí. (No es tu culpa, así que no estoy enojado contigo, duerme en paz jajaja). Así como decías, será por algo, y confío en que ocurrió por alguna razón: ahora, ¿cuál es? No sé… simplemente, intentando tomarlo desde el punto de visto más jocoso, pues la suerte ya está echada y nada más se le puede hacer. Consejo: cuiden los lugares en donde vayan a ver la hora (y nunca más se me va a olvidar la hora, 21.49 jajaja). Lo positivo, lo material se recupera, al menos no me caí yo a las rocas jajaja.

Inevitable - Shakira

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kinkan ®

lunes, 15 de octubre de 2007

"...Es casi una experiencia religiosa..."

Tuve un fin de semana muy lindo: la experiencia que viví fue muy bella y el recuerdo de otra que también me marcó me ha hizo ver que todo el trabajo tuvo su recompensa; dormir poco tuvo su razón de peso, correr para todos lados y ser –por alguna vez en mi vida- “multifuncional” dio frutos, la tensión se convirtió en algo que te hacía vivir la acción y disfrutar mucho más.

Es distinto ver las cosas desde adentro, sobre todo en este tipo de experiencias. No puedo comentar con lujo de detalles –fiel al compromiso de mantener el secreto para que otra persona también pueda disfrutar de las sorpresas que ésta le brinda, pero no puedo no sentir ganas de contar cómo me sentí, ahora que vi el “making of the experience”. Realmente, todo fue muy agotador y llegó un momento en el que pensé que no lo iba a poder lograr, de que iba a fallar y, poco menos, de que mi presencia desencadenaría hechos nefastos (pensamientos un tanto extremos que uno le viene de repente, pero por pequeños instantes, ya que siempre uno tiene su utilidad en un grupo). Pero algo pasó que me hizo cambiar de opinión, sobre todo cuando vi que las cosas empezaban a correr de manera espectacular, que todo el temor se convertía en luz y que lo que parecía estar perdido ahora se nos acercaba y nos pedía instrucciones.

Fue precisamente el sábado cuando más quería escribir esto, tal vez ahora no pueda plasmar la misma pasión que sentía ese día pero el recuerdo es algo que se mantiene vivo a cada momento. Eran las 8 de la noche y una sala oscura con música ambiental –que había escuchado gran parte del día- era nuestra compañía. Había actividades por realizar y teníamos miedo de que no fuese a resultar, de que nos estábamos preparados y de que debíamos hacerlo lo mejor posible. “Deja que fluya de tu interior, déjate llevar por el momento”, fue el consejo que nunca voy a olvidar… luego realizamos el momento y me pasó algo que hacía mucho tiempo que no sentía: las palabras fluían con tal precisión que hasta yo me sorprendí, pero ahora no puedo recordar qué fue lo que dije. Lo más extraño y genial del asunto es que siento que no fui yo quien habló durante esos minutos mágicos.

Fue espectacular reencontrarme con tantas personas y conocerlas más en profundidad. Todos estuvimos unidos por el mismo espíritu durante esos dos días, y eso me hace sentir muy feliz. Aunque tal vez el tiempo nos impida estar juntos tan seguido, siempre los voy a recordar como ya lo he hecho. Fue algo así como una “experiencia religiosa”, de hecho, lo fue. Fue grandioso, pero creo que faltarían palabras para poder decir lo bien que se siente.


Goodbye Milky Way - Enigma.

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kinkan ®
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viernes, 12 de octubre de 2007

What the hell I'm doing here?

Pese a las cosas hermosas que he recibido en los últimos días, creo que no puedo dejar de sentirme extraño y un tanto fuera de lugar. Si bien, estoy regresando a un mundo del cual dije que me iba a alejar para siempre –pensando que en algún momento iba a regresar y es el momento que estoy viviendo ahora-, creo que hay muchos ciclos que no se cierran con el simple hecho de decir adiós, hay ciertos ciclos que deben cerrarse correctamente y siento que estoy viviendo, o al menos intentando, cerrar el proceso de la mejor manera posible; estoy tratando de dar lo mejor de mí mismo para que así sea.

Venía en la micro pensando en todo esto y de que en realidad no sé qué es lo que estoy haciendo en este lugar. Realmente, tal como lo dice una famosa y genial canción de Radiohead: “no pertenezco a este lugar”; o tal vez soy yo mismo quien no se quiere dar el espacio como para volver a pertenecer a un tierra que te vio nacer a una nueva y bella etapa, paredes silenciosas que te ayudaron en el momento preciso y te dejaron enseñanzas… pero murallas que me traen recuerdos que me relacionan a otros que igual me quiero sacar de la cabeza. ¿Estoy haciendo lo correcto, estoy cerrando correctamente el ciclo o acaso falta aún más?

Miro alrededor y los veo a todos tan contentos, siento que todos están completamente inmersos en aquel espíritu que los mueve a vivir cómo lo hacen. Los veo saltando y riendo, cantando… los miro con cara de extrañeza cuando me invitan a hacer lo mismo, pero me cuesta integrarme de nuevo. ¿Acaso soy yo quien no quiere? Tal vez sí, pues no veo una negativa de su parte, tal vez sea que ya he tomado la decisión final con respecto a mis pasos por ese lugar. Será necesario dejar de lado ciertas torpezas mías, ciertos pensamientos disyuntivos que me hacen deprimirme en el momento en que todo se ve demasiado bien. Sólo será por poco para poder volver a mi aparente normalidad, y entonces mantener el bello recuerdo de todo lo la vida me pudo enseñar.


Creep - Radiohead
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kinkan ®
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domingo, 7 de octubre de 2007

Tarde o temprano


Tarde o temprano el reloj marcaría las 12
Y mi magia de fiel duende
Se rompería con una lágrima
Que de seguro no vas a entender.
Tarde o temprano rompería la fantasía
Del mundo perfecto en el que te quise poner
Para verte sonreír,
Te envié un mensajero que fuese distinto a mí
Para alojarme en esos ojos que te miran
Y creer que estoy en ese corazón que te ama,
Tarde o temprano me di cuenta
De que el silencio nunca fue mi mejor estrategia.
kinkan ®

miércoles, 3 de octubre de 2007

Reencuentro

Hacía ya unos cuantos días que había estado pensando en aquella proposición que mi amiga Javivy me había hecho. Fueron varios momentos los que pasé dando vueltas en mi cabeza la decisión final con respecto a mi participación en el EJE –Encuentro de Jóvenes en el Espíritu- que se va a realizar en la comunidad en la que yo también lo viví, en junio del año pasado. Y eran muchos aspectos los que debía evaluar antes de tomar la decisión (a veces es malo pensar tanto las cosas, es mejor tirarse a la piscina de una): el tiempo que tendría que ocupar y ponerlo en la balanza con el estudio; y el hecho de que hacía mucho tiempo que no iba para allá, lo que me hacía pensar que me iba a sentir un poco solo en un grupo de gente nueva para mí.

Fue el 17 de septiembre cuando Javivy me habla por MSN y me hace la invitación. Me negué en un principio, argumentando lo del tiempo. Luego lo pensé mejor; siempre dije que quería concluir la etapa de la manera más correcta posible: si yo viví un EJE, lo mejor sería hacer que otros también lo vivieran y entonces podría quedar con mi conciencia tranquila. Se me estaba dando la oportunidad que en un momento pensé que no volvería a tener… Así que acepté. Las dudas me vinieron el día previo al reencuentro con el grupo, y me cuestioné si realmente estaba en el lugar correcto. Finalmente, opté por seguir en mi decisión primordial, es una responsabilidad asumida y se debe cumplir de la mejor forma posible.

Lo que realmente me mueve en este momento es algo que me hizo sentir a ratos incómodo, pero en general me hizo sentir muy bien recibido y querido. Sí, fue un reencuentro luego de mucho tiempo con gente que he mantenido contacto no presencial. Tuve mucho miedo pensando en cómo me iban a recibir, cuál sería su reacción al verme luego de tanto tiempo; algo así como si yo fuese un cometa que pasa por el lugar cada cierto tiempo. Pero me di cuenta que todos los cometas son esperados y, cuando pasan, muchos se detienen a observarlos con alegría. Así me sentí el día sábado, observado, mucha gente que no me reconocía por el gran cambio físico con respecto al año pasado, y otros que les daba lo mismo verme distinto, teniendo la misma confianza que hace un año, como si ese periodo de tiempo no hubiese existido.

Hacía tiempo que ansiaba tener un reencuentro con todos ellos. Me fui alejando por varias razones: el tiempo es la que juega el papel principal. Pero nunca me olvidé de lo que bien que lo pasábamos, de lo mucho que aprendí y de lo que creo que seguiré aprendiendo en este tiempo que estaré ayudando. Es una bonita experiencia, pero tiene sus dificultades; a asumirlas no más. Me pareció ver que todos seguían iguales y que yo era el único distinto, tal vez un poco ausente y perdido; más bien, “colgado” como dije en algún momento. Pero luego me di cuenta que me acogieron, que pude conversar con la gente que no conocía y nadie me miró con cara rara. Es una alegría volver a recordar los dulces momentos del pasado, sobre todos aquellos que me marcaron y me enseñaron a ser una mujer persona, que me ayudaron en los momentos precisos con palabras que me hicieron llorar de emoción. Sólo sé que el tiempo dirá cómo ha de seguir todo, yo he planeado algunas cosas respecto a mi vida, pero no sé cómo vayan surgir las cosas; a veces el destino te cambia de manera inesperada.

Estoy un poco ansioso; en un momento, preocupado; ahora, tranquilo; mañana, ansioso; el próximo fin de semana, nervioso y esperando que todo salga bien. Recordando todo lo que me enseñaron y esperando que mi experiencia sirva a alguien más. Grandes amigos que no he podido olvidar.
Everloving - Moby

Saludos!
kinkan ®