La televisión es asombrosa, quizá ese
sea el motivo de que tantos alucinen y puedan pasar toda su vida
-prácticamente- observando los contenidos que les entregan los
diferentes programas y estaciones televisivas. Esa fue la premisa con la
cual contaban al momento de aceptar la invitación que hicieron al
colegio para asistir al programa "Mi nombre es" de Canal 13, el cual fue
grabado durante una extensa y agotadora jornada, donde fuimos invitados
como público. Genial, estar en la tele, el sueño de cualquiera.
Salimos
a eso de las 10.30 de la mañana para llegar a los estudios de Canal 13 a
eso de las 13.00 hrs. El bus, no sé por qué, se fue a la vuelta de la
rueda, pero lo importante es que todos llegamos sanos y salvos, aunque
un poco averiados producto del aire acondicionado. La recepción no pudo
ser menos que acelerada: vaya al baño rápidamente e ingrese al set que
ya vamos a empezar a grabar. Todo pauteado, todo estrictamente en orden:
nada real. Quedé bien desilusionado al darme cuenta de que la magia que
plantea la televisión es una farsa, comenzando con un estudio que era realmente pequeño. Si bien, era algo que ya asumía
como tal, fue lamentable tener que comprobarlo en vivo y en directo,
sobre todo cuando estás cansado y quieres puro llegar a tu casa a
dormir. No veo el programa y creo que tampoco lo veré, salvo que llegue a
ser comentario de todos y tenga que saber de qué hablan.
Yo
pensaba que era como el teatro, en que, claramente, todo se ordena y
existe esa ansiedad de que todo salga bien, pero en tiempo real. Creo
que una de las cosas que se pierde con la grabación, es la ansiedad de
estar haciéndolo todo en tiempo real, donde cualquier error tiene que
ser sobrellevado de forma que nadie se entere o que pase piola. Todavía
me duelen las manos de tanto aplaudir y creo que he hablado poco para
cuidar la garganta... y eso que soy profe y se supone que estoy
preparado para gritar. Ah, no, de veras que los profesores nunca
gritamos en clase porque nuestros alumnos son participativos y hacen la
clase sola, además que siempre tienen intenciones de escucharte. Pucha,
que soy mal hablado. Los asientos no eran del todo cómodos y la
productora que nos llevó, nos entregó dos panes con queso y jamonada...
¡jamonada! Se pasaron, además de bebidas alternativas... para estar
encerrado todo el día. De haber sabido eso, creo que lo debían haber
reconsiderado.
En
cuanto al programa en sí, me sorprendió ver a gente realmente
talentosa. Eso destaco, además de haber visto de cerca a Nicole, aunque
me quedé con las ganas de tomar la foto, porque uno de los encargados me
lo impidió, pese a que ella había dicho que sí. En fin. Llegué cerca de
la 1 de la madrugada a mi casa y estimo que hoy no llegaría mucha gente
al colegio. Lo bueno es que entré más tarde, pero el cansancio no me lo
quita nadie.
Concluyo
en mi desilusión respecto a la fantasía presentada en la televisión,
donde todo lo perfecto está realmente pauteado. Es extraño que a veces
busquemos esa perfección planteada por los mundos de la televisión.
Fotografía: Set de "Mi Nombre Es" de Canal 13, Providencia, Santiago.