Y lo mejor de todo, es que de tanto analizarlo, hasta la encontré sentido a eso que aparentemente no lo tiene. Lunatando, sí, lunatando, en el lucenario del isonauta. Ahora disfruto como nunca el placer semántico de una palabra extraña, roto, destruida y renacida. Y cantaré toda la noche los versos de Altazor, caeré desde el cielo y me estrellaré con el suelo, rompiéndome en mil sonidos supersónicos y ultrasónicos terrenales o trascendentales. ¿Quién sabe? De Dios, del mundo, de la ciudad, de la vida... todo por culpa de Altazor.
Abrir los ojos una y otra vez, con la intención de que el sueño no acabe y de que pueda volver a renacer, quizás. Tener la dificultad de despegar los párpados y querer seguir durmiendo abrazado a un presente sonriente y a una mirada que te escudriña en la oscuridad.
jueves, 2 de julio de 2009
Todo por culpa de Altazor.
Y lo mejor de todo, es que de tanto analizarlo, hasta la encontré sentido a eso que aparentemente no lo tiene. Lunatando, sí, lunatando, en el lucenario del isonauta. Ahora disfruto como nunca el placer semántico de una palabra extraña, roto, destruida y renacida. Y cantaré toda la noche los versos de Altazor, caeré desde el cielo y me estrellaré con el suelo, rompiéndome en mil sonidos supersónicos y ultrasónicos terrenales o trascendentales. ¿Quién sabe? De Dios, del mundo, de la ciudad, de la vida... todo por culpa de Altazor.
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