(Say goodbye the night's over, the masquarade's getting older)
Me empezaba a dar vueltas esa canción así de la nada mientras me siento frente al computador; la verdad, he estado sentado toda la tarde. Intentando avanzar con algunos de los trabajos para esta semana o buscando ideas de qué hacer. Más recientemene, con el computador apagado y sobre él, una guía de lectura de esas a las que ya estoy acostumbrado a digerir por miles, no me acuerdo bien lo que decía (pésima concentración, pésima comprensión lectora). La verdad, la leí como por hacer algo, aunque sólo haya decodificado signos y hasta ponga en duda el mismo hecho de haberlos decodificado.
Se nos va mayo, llega junio, en una relación de consecutividad un poquito lógica. Es como extraño despedir un mes, cuando hace rato que ya me siento como si fuese el otro. No tengo ganas de seguir estudiando: este semestre parece ser como el año entero. Hacía tiempo que no tenía que pasar tantas horas estudiando, tanto tiempo despierto para poder hacer todas las cosas que quiero. Pero, por primera vez en mucho tiempo, siento atisbos de plenitud, de que realmente estoy haciendo lo que me gusta. Y esa sensación es impagable, es perfecta.
Llega junio, pero no llega la lluvia. Hace tiempo ya que la estoy esperando, sólo la veo caer en mis sueños. Queda un mes y posible descanso de fotocopias. Sí, incluso preferiría trabajar en algo que mi conciencia cognitiva pudiese mantenerse durmiente: sería lo ideal. Y ya se han cumplido algunos pasos de lo que quiero, faltan otros cuántos más que siquiera he podido contar. Dicen que cuanto más esfuerzo, más goce. No sacrifice, no victory. Quiero creer que nos espera una tremenda victoria.
Me empezaba a dar vueltas esa canción así de la nada mientras me siento frente al computador; la verdad, he estado sentado toda la tarde. Intentando avanzar con algunos de los trabajos para esta semana o buscando ideas de qué hacer. Más recientemene, con el computador apagado y sobre él, una guía de lectura de esas a las que ya estoy acostumbrado a digerir por miles, no me acuerdo bien lo que decía (pésima concentración, pésima comprensión lectora). La verdad, la leí como por hacer algo, aunque sólo haya decodificado signos y hasta ponga en duda el mismo hecho de haberlos decodificado.
Se nos va mayo, llega junio, en una relación de consecutividad un poquito lógica. Es como extraño despedir un mes, cuando hace rato que ya me siento como si fuese el otro. No tengo ganas de seguir estudiando: este semestre parece ser como el año entero. Hacía tiempo que no tenía que pasar tantas horas estudiando, tanto tiempo despierto para poder hacer todas las cosas que quiero. Pero, por primera vez en mucho tiempo, siento atisbos de plenitud, de que realmente estoy haciendo lo que me gusta. Y esa sensación es impagable, es perfecta.
Llega junio, pero no llega la lluvia. Hace tiempo ya que la estoy esperando, sólo la veo caer en mis sueños. Queda un mes y posible descanso de fotocopias. Sí, incluso preferiría trabajar en algo que mi conciencia cognitiva pudiese mantenerse durmiente: sería lo ideal. Y ya se han cumplido algunos pasos de lo que quiero, faltan otros cuántos más que siquiera he podido contar. Dicen que cuanto más esfuerzo, más goce. No sacrifice, no victory. Quiero creer que nos espera una tremenda victoria.