
Volver a ver el mismo paisaje y reconocer cada lugar me resultó emocionante. Los colores de la Patagonia y el frío inminente que hasta en las imágenes se percibe, pero yo ya lo conozco de antes. Los caminos de tierra, incluso me acordaba del lugar en que el pavimento se acababa, de las cuestas y los paisajes que no se ocultaban ante nosotros, 7 años atrás. Fue ese viaje a las Torres del Paine uno de los que ha marcado, sin exagerar, mi existencia y me ha hecho sentir tan afortunado de haber podido pisar esos paisajes tan hermosos que existen y que muy pocas veces conocemos. Pese a ser porteño de corazón, creo que hay algo que ha quedado del sur en mí, algo que me llamó a conocer ese lugar. Lo escuché y me reencontré con esa naturaleza que tal vez conocía de vidas anteriores.
4 comentarios:
sho tmb lo ví
es q el sur es sin igual
El sur es inigualable, aunque creo que cada zona tiene su belleza singular.
Es genial eso de poder reconocerse uno(a) mismo(a) en algo infinito como un paisaje, es posible no sentir que todos de alguna manera pertenecemos a la tierra?
A todo esto, tienes msn?
Sí... estoy de acuerdo contigo, Ada sin H, en que todos pertenecemos a la tierra de una u otra forma. La etimología no se equivocaba =)
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