Los frutos del tiempo

Sé que son las 2 y media de la mañana y que pronto puede venir alguien a decirme que apague el pc y me vaya a acostar, pero mañana no tengo clases, así que me puedo amanecer si quiero. No, nunca tanto, aunque creo que la energía me podría durar para rato, ahora que ya tengo en mis manos la impresión del resumen de la postulación que finalicé hace poco. Miro con satisfacción los pasos que ya he hecho, para poder pronto descansar tranquilo, con la frente en alto, con una sonrisa en el corazón y los labios.

Todo sucedió de maneras muy extrañas, tal vez algo mágico. No sé, puede que sean cosas de lo más normales en la vida, pero estoy aprendiendo a encontrar la semilla que me brinde alegría en cada pensamiento, en cada segundo, en cada cosa buena que me pasa a diario. El proceso PSU comenzó ya hace algunas semanas, un 17 de diciembre cuando tuve que sacrificar una tarde de pc para ir al reconocimiento de salas. Haciendo las mil y una recomendaciones para la famosa pruebita, me abstuve de ingresar a este juguete favorito por esos días. Al reaparecer en MSN fue la alegría de algunos amigos que me hicieron patente que se había notado mi ausencia. Recuerdo que hasta hice baños de agua, no comí chocolate, comí cosas con mucha azucar... al menos creo que dio un resultado mejor del que esperaba, 11.7 puntos mejor de lo que se convertiría en un sueño, que me haría pagar una apuesta que me hace recordar cosas bellas y darme cuenta de la gente que tengo a mi lado, por ejemplo, Benja, gracias por todo amigo, es una alegría contar contigo.

Hoy me hallé de improviso frente a un día apurado, una tarde de piscina al sol, intentado caer en una distracción. Lo logré, pero al llegar a mi casa y ver el correr de las horas, mi corazón comenzó a agitarse, a beber más agua de la normal, a gritar internamente y clamar por una solución pronta. La convocación sorpresiva de amigos en MSN organizando actividades que nos hicieron olvidar la tensión por el momento, para luego iniciarse cuando alguien anuncia que ya logró ver su puntaje, y todos querían verlos también. Hasta que al fin, lo logré, y mi corazón dio un vuelco de alegría, sobre todo con el puntaje de matemática, mucho mejor de lo que esperaba, cumpliendo una antigua expectativa de superar una barrera.

Ahora que ya tengo la postulación lista, sólo me queda esperar. Le deseo toda la suerte a mis amigos y conocidos, pero, por sobre todo, a la gente que siempre ha estado a mi lado apoyándome. Y recuerden que la PSU sólo fue una etapa, una de las muchas que debemos pasar. Miren con victoria cada uno de sus logros, guarden en el corazón las lecciones de los errores, siempre crecemos, nuestra vida es una eterna evolución.

Saludos y, nuevamente, suerte.

Kinkan ®