Es difícil empezar cuando ya ha pasado mucho tiempo: el silencio es una condena, las rejas impiden ver más allá, aún cuando sabes que el mundo exterior es tan grande y diverso. El mundo está esperano tus movimientos y empiezas a recordar que tienes el control: you can do anything you want. Cierras los ojos y eres capaz de visualizar, imaginar, soñar. Vuelves a soñar aunque tienes miedo, siempre es difícil volver a despegar los pies del suelo cuando ya has estado mucho tiempo fijo. No es fácil volver a abrir las alas, no es fácil levantar la mirada y ver un horizonte iluminado de historias: de Quijotes, de palabras, de historias que llegaron hasta ti.
Pensar en el viaje que se acerca es pensar en el sueño que se cumple, otra vez. Pensar en tantos otros sueños que siento, como nunca, que se van a cumplir. ¿Es el momento en que llegará la oportunidad de dar ese tremendo salto que he estado esperando? ¿Podré, al fin, acercarme a lo que realmente quiero hacer? Es paradójico pensar que la vida misma también puede ser una ilusión, aunque de esa ilusión has logrado ver tantas sonrisas y recibir tanto amor. Quiero dar el salto y el querer es una magia muy fuerte. La magia de las palabras se torna tan fuerte y poderosa que sé que lo podremos lograr.
Que la vida sonría, que la vida nos haga felices, que la vida nos deje escribir buenas historias.