Me parece increíble que ya hayan pasado 2 meses desde que comenzara de manera más activa el movimiento estudiantil en la PUCV y que, habiendo pasado tanto tiempo, no se haya logrado un acuerdo. A mi juicio, no es solo problema del gobierno, sino que de ambos actores que se niegan a ceder en sus propias posturas para lograr ese famoso acuerdo: hablan de diálogo y de negociaciones que a la larga no son tal, ya que ninguna promueve un efectivo cambio. Y tampoco es culpa del gobierno este descontento social ya que, si bien recordamos, hubo 20 años de un gobierno de Concertación en que los problemas de la educación fueron pateados una y otra vez, echándole a la culpa a Pinochet -como siempre-, y sin tener reales intenciones de modificarlo. Al final, todos los políticos hacen lo mismo y se critican unos a otros por las acciones que ellos mismos ya han hecho o que también harán en el futuro.
Llevo 2 meses en mi casa sin hacer nada y aburriéndome de ver las noticias que, muchas veces, tapan con cualquier otra cosa inútil. Realmente, no me interesa saber que Francoise bailó de Marilyn Monroe, que Raquel Argandoña se peleó con Dios sabe quién, que todos los pokemones de Yingo son drogadictos y que incluso los participantes de los realities también lo son. ¿De cuándo fue que toda la información de la televisión se convirtió en basura? Basura que fomenta la estupidez de esa gente que cree en el mundo de hadas y que gritar, de manera muy exagerada, "¡Qué haces besando a la lisiada!". Creo que todos nos hemos convertido en esos lisiados de pensamiento y, aunque exista ese personaje que grite a la estupidez y le reclame por qué nos está besando, parece que no hay mucho avance en nada.
Pienso en el futuro y en lo que se vendrá; a ratos me deprimo demasiado por culpa de esta incertidumbre de no saber cuándo volverá todo a la normalidad. Si bien, muchas de las propuestas que piden -el movimiento estudiantil- parecen razonables, me parece inconcebible que al menos en mi carrera de Castellano PUCV, muchos de los dirigentes sean alumnos que reprueban todas las asignaturas, que llevan mas de 7 años en la carrera (y eso que dura 5) y que, definitivamente, no se constituyen en ningún ejemplo a seguir. Mantienen una ideología marxista tan cerrada que los hace denominarte "fascistas", "ignorantes" por el solo hecho de que no piensas como ellos. ¿Y me hablan de democracia, de libertad de pensamiento? Y lo único que hacen es criticar al sistema con argumentos baladíes e idealistas que realmente no llegan a ningún lado. Me aburre que digan que "no hay avances en las negociaciones" por los últimos anuncios del gobierno, como si acaso el presidente fuese a hablar en cadena nacional y dijera "mañana todos estudian gratis". ¿Los cambios son de un día para otro? Es claro que el sistema educacional necesita un cambio, pero no va a ser de un día para otro.
Me sorprende de ver que haya tanta gente que le crea a Jaime Gajardo, Presidente del Colegio de Profesores, siendo que es una persona que cada vez que habla, demuestra su arrogancia e ignorancia. ¿Es ese el modelo de profesor para educar a nuestra sociedad? Siendo estudiante de pedagogía, me parece una burla que ese personaje esté en ese lugar, además de ser Secretario de la CUT, asociación que reclama por todo. Por lo tanto, es la esencia de este caballero encontrar que todo está malo y, por ende, hacer nada, paralizar en busca del anhelado bono de fin de conflicto. Así, cualquiera: no trabajarle un día a nadie, paralizar -seguir recibiendo el sueldo- y recibir bono de fin de conflicto. Y así siguen las movilizaciones y la destrucción de fuerzas vandálicas infiltradas que, claro, no se pueden reprimir porque se trata de abuso de poder. Dejemos que destruyan nuestras ciudades, claro, que viva la anarquía pésimamente entendida por los vándalos y evitemos que las fuerzas públicas hagan su trabajo de mantener el orden público: no, es que es abuso de poder y, desde hace mucho tiempo, la izquierda se ha encargado de crear leyes que favorezcan solo a los delincuentes. La gente esforzada se encierra mientras ellos andan libres por las calles: el mundo al revés.
Evito el pesimismo porque el instinto de supervivencia me lleva a buscar lo positivo, pero es inevitable pensar que hay algo apocalíptico metido en todo esto. No lo digo en el sentido de la destrucción del mundo, sino en un real cambio de mentalidad por parte de la gente: cuidar el medio ambiente, luchar por lo que se cree justo, valorar el mérito y el esfuerzo de la gente que sí sabe surgir en circunstancias adversas... Y, en gran medida, el final de algo, es el inicio de otra cosa. Porque en la naturaleza nada se pierde, todo se transforma y, esperamos que sea siempre para bien.