Es difícil hacer un resumen de un año que ha estado marcado por el movimiento, en el más amplio sentido de la palabra. Comenzando por ser el año del tan esperado bicentenario del inicio de la república de gran parte de los países de Latinoamérica, pasando por el reconocimiento a nivel mundial de nuestro país como una tierra llena de catástrofes naturales y humanas y, pese a todo, dándonos a conocer por ser un país de gente demasiado simpática y que quiero con el alma. El 2010 ha sido uno de los años más difíciles de clasificar, pero que no me cabe lugar a dudas que se ha tratado de uno de los mejores años de mi vida.
El comienzo de un viaje -y el descubrir que la vida no es otra cosa que un constante ir y venir de lugares y acontecimientos- fue lo que marcó mi experiencia, un día 26 de enero en que el Aeropuerto Arturo Merino Benítez me vio zarpar hacias tierras europeas, ante la mirada de mi familia que veía a un niño que se alejaba del hogar por casi 6 meses. Fueron momentos de mucha emoción: cruzar el Atlántico por primera vez en un vuelo interminable, avistar Madrid desde el aire (de una forma muy parecida a cómo me lo había imaginado), aterrizar y pasar por el temible paso de Policía Internacional y ver el timbre en mi pasaporte... ¡llegada a la Madre Patria! y al frío invierno europeo. Creo que hasta el día de hoy no logro comprender el tremendo logro a nivel personal que esto ha significado.
Casi todo un semestre lejos de mi tierra, de mi familia y de mis amigos, espacio propicio para establecer nuevos vínculos y conocer gente genial, con distintas nacionalidades y sueños en común. Eso es lo que acá en Chile llamamos el intercambio y que en Europa es como conocido como el Erasmus. Albacete (Castilla La Mancha, Madrid) es una ciudad muy pequeña, pero llena de una energía especial que me hizo enamorarme de cada uno de sus rincones, de sus calles y de sus edificios que se alzaban hacia el cielo, de su cableado subterráneo. No puedo despedir este año sin agradecerle a toda la gente grandiosa que conocí, toda la gente que me enseñó muchas cosas de la vida que hasta el día de hoy recuerdo. Entre carretes varios y viajes, creo que fui creciendo poco a poco hasta convertirme en una persona diferente, más madura, con muchos más sueños y con toda la energía suficiente para poder cumplir cada una de las ideas que se me pasan por la mente. Siento que volví a ser un niño: volví a creer en mí mismo, volvía a creer en los sueños porque me di cuenta de que soñar es el primer paso para lograr que tu vida sea lo que tú has estado esperando de ella.
Escuché "Stereo Love" hasta el cansancio y, según Last FM, es la canción que más he escuchado desde que me hice cuenta en el programa (hace más de 2 años). Ya he dicho en otras ocasiones que "Sólo quiero bailar" se convirtió en el himno de nuestro Erasmus y que cada vez que escucho, me vuelvo a emocionar. No puedo evitar recordar a Lavinia cantando y bailando "Tú no eres para mí" en nuestro 'piso' en Albacete, días antes de partir de regreso a su Rumania y de nuestro viaje a Italia-Francia con Mariana y Claudia. Tampoco puedo evitar recordar "Non je ne regette rien" en París, muertos de calor buscando la Torre Eiffel y otros monumentos. El "Waka waka" de Shakira que pegó mucho por todos lados, el "El Run run" y un sinfín de otras canciones que me hacen recordar una experiencia espectacular que me hizo aprender y que echo de menos, que llevo como uno de los mejores recuerdos de mi vida.
El regreso fue un poco difícil, pero lentamente todo volvió a la normalidad. Empecé a trabajar de ayudante y como monitor en el programa Middlebury College y pasé uno de los semestre más relajados de mi vida, con mucho tiempo libre (lo reconozco jaja) y mucho tiempo para pensar en el mundo, para reflexionar a la vida y para tomar decisiones importantes. Sí, decisiones respecto a mi propia vida y que, claramente, la vida misma se encarga de hacerte sonreir al darte cuenta que tus planes tan cuadrados se van a cualquier lado cuando el destino define lo contrario. Me refiero a esas veces en que sucede algo que has estado esperando por mucho tiempo y que, luego de mucho tiempo, decides negarlo por completo y hacer como que nunca pasó, que nunca sentiste nada y que fue parte del proceso de aprendizaje. Lo importante de todo, es que te ha hecho aprender y que te ha hecho sonreír, que te ha dado ilusiones y te ha hecho crecer, te ha hecho volver a ver la vida con alegría. Entonces sucede que todo vuelve a florecer, eso que dijiste que 'ya no más' parece que ahora sí va a ser, todo es extraño. Pero hay que tener en cuenta que, teniendo de telón de fondo la inmensidad y belleza de Valparaíso iluminándose de a poco, lo extraño adquiere un sabor perfecto y pierdes completamente el control de ese sentimiento que dijiste que no íbas a volver a sentir... nuevamente, la vida se encargó de volver a hacerme sonreír.
Un año de viajes, un año de amistades, un año de amores, un año de crecimiento. Conocí a gente que ha marcado mi vida para siempre y que no olvidaré jamás. Gracias a todos mis amigos del Erasmus, gracias a todos mis amigos de toda la vida que me han acompañado siempre y que me apoyaron en todo momento (antes y después del viaje), gracias a mi familia que adoro, gracias a Dios por darme tantas bendiciones este año y por hacerme crecer. Creo que puedo decir que este ha sido el mejor año de mi vida hasta este momento y espero que sea el pie para muchos años buenos como éste.
Un abrazo enorme a quien llegue a este blog y mis mejores deseos para el 2011.