Saludos a todos los que lleguen a este blog: a los de siempre, a los que están de paso. Felicidades y mucho ánimo para comenzar un nuevo año lleno de ilusiones y, sobre todo, esfuerzo para lograr cada una de nuestras metas.
Abrir los ojos una y otra vez, con la intención de que el sueño no acabe y de que pueda volver a renacer, quizás. Tener la dificultad de despegar los párpados y querer seguir durmiendo abrazado a un presente sonriente y a una mirada que te escudriña en la oscuridad.
jueves, 31 de diciembre de 2009
Adiós 2009
Saludos a todos los que lleguen a este blog: a los de siempre, a los que están de paso. Felicidades y mucho ánimo para comenzar un nuevo año lleno de ilusiones y, sobre todo, esfuerzo para lograr cada una de nuestras metas.
lunes, 21 de diciembre de 2009
Considerar
cum+ sidera
con + estrellas
Quiero considerarte y que también me consideres. Y que en ese momento exacto y perfecto, de una caminata nocturna podamos, al fin, considerarnos. Quiero considerar contigo. Quiero que tú también quieras considerar conmigo.
martes, 15 de diciembre de 2009
En la Gran Capital por enésima vez
Suena la alarma a las 5 de la mañana y me levanto con cara de sueño... lógicamente, nadie podría despertarse con un rostro reluciente a dicha hora. A las 6 de la mañana me subo al bus que se va a dar una vuelta bastante estúpida por Las Palmas. Dormí casi todo el viaje así que no tengo la más mínima idea si es que aparecieron luces extrañas en el cielo o si algún OVNI se acercó al bus para visitarnos, de todos modos, es muy poco probable que haya sucedido algún fenómeno de ese tipo. Llegué cerca de las 8 a Pajaritos, con un taco enorme y filas para cargar la tarjeta bip!. Extrañamente, el metro de la línea 1 no venía tan lleno como me lo esperaba... pero se llenaría después. 40 minutos de pie hasta llegar a la Estación Los Leones. Camino por 11 de septiembre hasta llegar al edificio... mmm no me acuerdo el nombre. Tuve la suerte de ser el primer número que entregaban y entonces ordené los papeles, completé el formulario (incluso me equivoqué y lo arreglé bien artesanalmente) y entonces me atiende la señora españolísima. Nuevamente reclamo por esos vidrios idiotas que tienen, porque uno no escucha nada y más encima que yo soy medio sordo. Estaba un poco asustado, pero todo salió bien. Se me había olvidado pegar la foto, pero la españolísima, muy amablemente la pegó. Me encantó su acento, insisto. Acabó todo en menos de 30 minutos, cuando me dice que debo venir a buscar el pasaporte cuando ellos me llamen, o sea, en 10 o 20 días más.
Si es cuestión de confesar, agoté todo mi dinero, en mi paseo por Estación Central. Luego me voy a la casa de Pecas. Como no tenía hora para el pasaje, Pecas me dice si qquiero acompañarla al Alto Las Condes y yo le digo que sí, porque no conozco esos lugares tan top. Y fuimos en la tarde, con un calorcito exquisito de no sé cuántos grados, pero sobre los 28º. Pura gente cuica, mujeres pelo lais... parecía otro país. Y uno que es negrito y de pelo oscuro se ve tan extraño entre tanta gente top. Paseando entre tiendas, buscando novedades, regresamos por una de esas autopistas que ya ni recuerdo el nombre. Vi el futuro Costanera Center (aunque no encuentro la costa jaja) y conocí la famosa Torre Santa María, cuyo incendio causara tanto revuelo en los años 80... o 90, no me acuerdo bien... la encontré, más bien, chica comparada con los otros edificios de alrededor. Paseando por no sé cuantos lugares, regresamos para ir a Estación Central a conocer el centro de la perdición misma... del dinero que me quedaba. Recorrimos el sector Meiggs, lleno de tiendas y tienditas en las cuales había de todo, a precios muy módicos y tentadores. Pecas es una gran guía turística de ofertas, aunque, me cuentan por interno, que ahora está insolada y con alergia gracias a ese tour consumista.
Y al final, se suponía que iba a regresar a mi casa antes del mediodía, a almorzar. Un trámite de 20 minutos me tomó todo el día, recorriendo las calles de la Metrópolis... con un calor de 32º y peleando con tanta gente. Después de todo, Santiago ya no me aburre tanto, solo que hay que rebuscar los lugares en donde puedes encontrar diversión... y consumo.
Saludos a Pecas por ser la guía turística de ofertas y por soportarme una vez más.
viernes, 11 de diciembre de 2009
TRICOT se ve tan susceptible.
Sí voy a comentar mi segundo día de trabajo y de que estuve pensando todo el día en poder llegar a mi pieza, a sentarme frente al computador y escribir cuanta cosa se me viniese a la cabeza al más puro estilo de una corriente de la conciencia, pero de manera un poco más conciente que la técnica tan vanguardista... quizá sofisticada. Tricot de avenida Valparaíso, ubicada en Viña del Mar, se ve tan susceptible... a que lleguen oleadas de gente con sus afanes consumistas a destruir las pilas de ropa ordenada con esmero, con pasión, con sufrimiento que me tomó algún tiempo y un dolor de espalda con el que aún estoy lidiando. Tricot se ve como un antro de la perdición... sí, puedes ver como la gente pierde su dinero escuchando la voz hipnótica que te habla de las ofertas y más encima te 'invita' a que visites los otros departamentos y continúes... qué derroshe (sí, con sh). Las mismas canciones todos los días (alcancé a captar alguna de Madonna, Maroon 5, September, Sash, Britney y no sé cuántas villancicos en las versiones más extrañas que la mente humana macabra pueda imaginar). El dolor de cuerpo que cambia: ayer me dolían los pies a morir y hoy lo son las rodillas. Desde las 10.30 hasta las 21.30, con dos horas de colación en que aproveché de chacharear y echar la talla de una manera impresionante con un demasiado amplio espectro de temáticas incluidas (llegué con 5 minutos de retraso después de la colación). Después de todo, creo que fue mejor comentar el día 2 que el primero, porque ayer habrían sido puras depresiones profundas al más puro estilo del 'me siento sobreexplotado y por el mínimo', 'quiero que todo termine'. Hoy fue más bien un 'no lo quiero hacer toda mi vida, pero tampoco es tan malo, pese a que me duelen a morir las rodillas, puedo reirme por un rato'. Y así fue.
Ahora estoy buscando alguna forma para sentir que el tiempo se pasa más rápido... entre las 19.00 y las 20.00 miré el reloj vaaaaarias veces y parecía estar detenido. Acepto sugerencias.
martes, 8 de diciembre de 2009
Y a él solo le daba risa
Avanzó hasta encontrarse frente a uno de estos cuerpos, al parecer, el que recién había llegado. Sería un joven de 20 años de edad, de cabello oscuro, con la mirada asustada. Pidió que lo descendieran un tanto, para poder alcanzarlo del cuello. Las cadenas fijas a los tobillos chorreaban sangre, la cual caía por las piernas, recorriendo el cuerpo hasta el pecho y el cuello, en dirección contraria a la gravedad. El joven estaba mareado: llevaba casi 1 hora colgado y, probablemente, ya habría perdido demasiada sangre. El hombre lo tomó del cuello y lo amenazó con un cuchillo, sonriendo. Luego, sin más ni más, se lo clavó en medio del pecho, rasgándole la piel hasta el ombligo, sin importarle los gritos del joven que moría bajo el filo de su arma. Guardó el cuchillo y se alejó, dejándolo medio muerto, medio vivo, con la sangre alcanzándole le boca y tiñéndole de rojo los labios, con la mirada perdida. Y a él, sólo le daba risa.
domingo, 6 de diciembre de 2009
Próximo a comenzar
Son tiempos misteriosos. Son segundos escandaloso. Son presencias momentáneas de un futuro que sé que ya viví. Sé que va a suceder, estoy sentado, esperando. No quiero mirar el reloj otra vez, estoy a punto de lanzarlo por la ventana. Las puertas se abren de a poco. El pasillo es ancho y luminoso, allí me saluda el camino. Tic tac tic tac tic tac tic tac... eternamente. Siento a mis espaldas la sonrisa del mundo, la sonrisa de lo que he vivido. Un abrazo y unas palabras pueden ser suficientes... el momento en que los pies se despegan del suelo está próximo a comenzar.
miércoles, 2 de diciembre de 2009
En Santiago... otra vez!
Llegué a mediodía y llamé no sé cuántas veces a Pecas para decirle dónde estaba. Ella ya me estaba esperando en una calle que no me acuerdo bien cómo se llamaba... ¿Ruiz Tagle puede ser? Una que queda a la salida del terminal Alameda de Tur Bus. Era la primera vez que nos veíamos en persona... es el segundo encuentro virtual-concreto que tengo en menos de un mes. La vida me ha sonreído de una manera increíble en el último tiempo... so I've gotta be happy. Luchando por cruzar las calles de esta capitalina urbe, llegamos a su departamento ubicado muy cerca del famoso centro de eventos Matucana 100, del que más de alguna vez oí y que nunca había conocido bien.
Llegué, dejé mis cosas y bajé a la USACH a inscribirme... estaba perdido, lo reconozco, pese a las instrucciones a prueba de no-inteligentes que me dio Pecas. Llegué más rápido de lo que esperaba, aunque me di no sé cuántas vueltas y le pregunté a medio mundo... me sorprende ver que los santiaguinos también son gente simpática algunas veces. Al final logré inscribirme y regresé a almorzar. Turisteamos brevemente -reconocí algunas calles, lo que para mí es un logro- y luego regresamos para seguir conversando durante algún rato. Eran las 4 y caminé hacia Alameda para ir al metro, para preguntar donde se validaba la TNE. Resulta que era en la misma Estación Central, por lo que caminé un poco más y llegué hasta el servicentro donde la maquinita sonreía -es una hipérbole, recuerde usted que a veces este tipo se las da de poeta- y puse la tarjeta... pasaron 30 segundos o tal vez más o menos, quién sabe, y apareció en pantalla 'pase extendido' lo que asumo que es 'validado'.
Era la hora y caminé a la USACH, pero ahora ya me ubicaba. Llegué rapidamente al CENI (Centro de Eventos Nacionales e Internacionales... no tiene nada que ver con senil, aunque suenen similar) y esperé para una ponencia en la cual acabé casi quedándome dormido y a punto de olvidar mi celular en la mesa, si no fuera que me avisaron oportunamente... y yo que intentaba irme piolamente. Finalmente, he estado casi toda la tarde conversando con Pecas porque me entretengo harto, además de pasar pegado a la ventana mirando Santiago iluminado de noche, porque es un espectáculo entretenido para un 'provinciano' como yo. De todos modos, las luces de Valparaíso cayendo desde los cerros al mar no tienen punto de comparación.
Después de todo, cada nuevo lugar es una nueva experiencia.
domingo, 29 de noviembre de 2009
El encuentro con Ada
Día viernes 20 de noviembre y los atisbos de fin de semestre no dejan descansar. Es como si todo apareciese con alargue. Toda la mañana trabajando en una u otra cosa, intentando ordenarse para poder cumplir todo. De dormir, mejor ni hablar... el déficit de horas de sueño puede producir efectos faciales considerables. Son las 11.30 de la mañana aproximadamente cuando llamo a Ada para preguntarle si íbamos a reunirnos al final... no sabía muy bien porque tenía un tour en la tarde. Entonces quedamos en llamarnos como a las 4 de la tarde, hora en la que yo terminaba de hacer mi trabajo.
Cuando llega la hora determinada, la llamo nuevamente y me dice que está en el Museo Naval y que pronto van a bajar en ascensor al plan. Le digo que si voy para allá y no sabe cuánto tiempo van a estar... que me llama de vuelta. Espero la llamada y al final me dice que va en una micro a Viña, pero no sabe dónde está ni dónde van a bajarse, que no se ubica. Se supone que me va a avisar cuando llegue a Viña para juntarnos allá. Ok. Entonces viene a mi mente el siguiente pensamiento: "Voy a tomar una micro a Viña, me bajo en Libertad y entonces espero a que me llame". Camino al paradero. Y un nuevo pensamiento intuitivo aparece... "¿y si me la encuentro en la micro?". Sucede que mi historial intuitivo me recuerda que todas las veces que he estado en esta situaciones y han venido estos pensamientos, se cumplen. Camino hacia el paradero cuando me encuentro con una compañera que me pregunta por un trabajo. Veo la micro y aparece el rostro que busco. Le digo a mi compañera que se lo envío al mail y corro al paradero al momento en que la Ada me ve y me saluda... corro, corro, corro hasta alcanzar la micro que ya está a punto de partir, doy un salto a la micro y me subo. Pago mi pasaje y luego camino por el pasillo hacia la sonrisa de Ada y me siento al lado. "Hola!". "Hola!" Y entonces, finalmente, luego de una odisea porteña de la Ada, pudimos conocernos... nada más y nada menos que en una micro.
Creo que ha sido una de las experiencias más mágicamente entretenidas que he tenido en el último tiempo. Y conocer a Ada que es demasiado simpática y buena onda, además de ser muy linda que debe tener a todos los valdivianos locos. Y es que no son muchas las veces en que uno puede contar este tipo de coincidencias que, a mi juicio, no son coincidencias. Y definitivamente esa semana me pasaron muchas cosas buenas, como que se pusieron de acuerdo. El encuentro con Ada fue uno de ellos... ahora solo hace falta el encuentro entre Ada y Cristian en el sur. Es un encuentro pendiente que espero cumplir.
¡Saludos para Ada por ser una de las protagonistas de la historia!
lunes, 23 de noviembre de 2009
Una semana fantásticamente extraña
La semana pasada fue extraña. Pero ahora que lo analizo -es una costumbre y a veces una manía eso de analizar todo, aún con fines positivos-, fue una semana cargada de buenas vibras. Partiendo por la obtención de una parte de esa respuesta que estaba esperando y la aceleración de pasos que pensaba que no podría hacer nunca. Admito que se complejizó en un momento, pero valió la pena la solución casi como caída del cielo. Y una tras otra, porque las cosas buenas vienen por racha que esperas que no se acabe nunca... me ha levantado el ánimo bastante pese a algunas recaídas breves producto del stress académico de fin de año. Aunque ahora tengo ánimo.
Algunas de las cosas que destaco de la semana: la publicación de mi artículo "El umbral de lo real y lo no real en 'El Sur' de Jorge Luis Borges" en la página de la editorial de literatura fantástica Puerto de Escape; el sorpresivo encuentro con Ada en la micro -que merece una nota especial que pronto saldrá a la luz-, los carretes durante dos días seguido y las 10 horas de sueño en total del fin de semana y las expectativas que comienzo a crearme luego de que la eve dijera que mi vida "está brillando mucho últimamente", lo que es muy bueno.
Y la vida sigue... sigue muy rápido y son demasiadas las cosas que quedan por vivir. Espero poder cumplir todos los proyectos... y también los que se me ocurran en el momento.
domingo, 15 de noviembre de 2009
Pensamientos románticos
A veces me embargan pensamientos suicidas, con un dejo de resonancias electromagnéticas, en cuyas radiografías se impregna una cirrosis romántica, de esas que te carcomen festina lente el páncreas, el hígado y todos los órganos vitales del interior de tu cuerpo. Sí, una muerte lenta, sufrida y a veces muy deliciosa; con ese sabor a un mundo que no existe, una irrealidad a la cual sólo se accede a través del sueño, sólo a través de la propia muerte corporal-física, liberando eso que existe en el interior que algunos han denominado alma. Alma que, funcionando como anagrama, podría traducirse como mala. O bien, como ama. Ama de mi cuerpo, que lo obliga a hacer cosas, aunque el cuerpo no lo cuestione, pues no sabe si acaso existe una razón: los cinco sentidos sólo son un engaño y la realidad concreta –de esa que nos jactamos de que es tan objetiva, científica y certera- no es más que un invento, una subjetividad de esencia que no hace más que destruirse a sí misma como la modernidad que se ha caído a pedazos… y lentamente deja de existir. Por tanto, no me vengan a hablar de verdades absolutas ni de tiempos, ni de que hay que esperar porque todo llega cuando tiene que llegar. ¡Una vez más, grito y reclamo al cielo por esa estúpida frase que encierra un sinsabor de mediocridades! El opio del pueblo, el silencio de quien no puede tener lo que quiere, de que se esmera creyendo que los sueños van a caer del cielo. Pero tampoco sé cómo debo hacerlo, si acaso salir, corriendo, a buscar eso que anhelo.
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¿Cómo romper el ciclo? Si las acciones que se pueden potencialmente hacer van en contra de mi postura, en contra de una sonrisa efectiva, ¿actuar sólo por egoísmo? Vuelve lo que creía que ya se había ido. Hasta cuando será ese silencio que no entiendo, hasta cuando esas ilusiones que se desarman. Pensamientos de romántico inconformista, de silencio, de sangre y oscuridad, de vestimentas oscuras de sueños enrarecidos, pensamientos a veces suicidas como forma de acceder a esa realidad suprema que en este mundo –y en esta vida- no existen. Y nadie me puede dar una respuesta… sólo esperar con esa mediocridad del dicho, con esa mediocridad del que quiere que todo lo que caiga del cielo sin trabajar un segundo por ello.
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sábado, 7 de noviembre de 2009
Isotopías oníricas
¿Los sueños, acaso, forman parte de una isotopía? ¿Puede ser que establezcan ciertas regularidas metafuncionales que luego pueda analizar en una grilla de transitividad? O quién sabe qué cosa podría yo hacer con el discurso dinámico y cinético de los propios sueños, de las propias mentalidades (de)fragmentas encerradas bajo un halo de misteriosos surrealismos reales, o bajo la realidad, o sobre la realidad. Isotopías de momentos que frecuentan... dos veces el llamado interrumpido, dos veces la confusión... dos idiomas distintos al mío propio. Dos viajes: aunque era él mismo en sí. ¿Acaso ese nuevo idioma significa algo o sólo es el eco de una imagen del día cotidiana, de la vida real? ¿Acaso es una futura isotopía de uno de esos caminos por recorrer?
sábado, 31 de octubre de 2009
1er Congreso Internacional de Poesía: Chile Mira a sus Poetas
Pasó el tiempo y mi constante sentimiento de "no, si es a finales de octubre", "no, si todavía no". Y así fue como llegó esta semana y me quedé perplejo, cuando todo el mundo me preguntaba si estaba nervioso por el Congreso. Como que no quise pensar mucho en eso -de hecho, revisé la ponencia casi el día anterior para corregir algunas cosas y apuntar detalles en caso de que hubiese que resumir partes por tiempo- y viajé a Santiago el día miércoles a mediodía. Como todas las anteriores veces que he ido, me encontré con una ciudad muy acalorada y extrañamente limpia de smog. Acomodándome a la tecnología -la tarjeta bip, los buses troncales y no sé qué mas, el metro y sus infinitas combinaciones que te permiten recorrer Santiago por muy poco dinero-, partimos nuestro "viaje" hasta la PUC. Debo decir que me gustó mucho la sede, envidiable para otras universidades como la mía, en que el espacio es ínfimo y casi no existen áreas verdes. Y así pasamo de ponencia en ponencia, escuchando las distintas temáticas, muriendo de calor a veces y otras sentados en el pasto refrescándonos en la sombra... o tomando café para soportar el sueño luego de algunas exposiciones un tanto dormilonas. Lo que sí, hubiese esperado poder ver a más poetas: me pareció muy triste de que en un recital poético, no apareciesen los poetas. ¿Cosas que sólo pasan en Chile? Y llegó el día viernes. Me levanté como a las 06.30. Fue extraño tener que volver a "disfrazarme" de formal. "Elegante" fue la palabra que la profe Marina ocupó cuando me vio: gran halago. Y así llegamos al lugar donde iba a exponer: "Auditorio de Historia". Éramos 3 los que ibamos a exponer en esa mesa... llegué sólo yo. La moderadora, la señora María Teresa Salinas, fue muy agradable y me hizo sentir muy cómodo y en confianza. Me aconsejó bastante y constantemente halagó mi trabajo, lo que te hace sentir bien cómodo cuando haces esto por primera vez. Tenía 15 minutos, pero ocupé 20 puesto de que nadie más había llegado. Creo que para ser la primera vez que hago esto, no estuvo para nada mal. Pese a la poca gente que había, siento que fueron los precisos, con quienes se pudo dialogar.
(Agradecimientos a:
Carolina González, por darme el dato del Congreso.
Profe Marina Alvarado, por ayudarme con la ponencia.
Profe Eda Hurtado, por prestarme bibliografía.
Viviana Ávila, Jonathan Godoy, Fernanda Tapia, Gabriela Muñoz, por irme a ver).
martes, 27 de octubre de 2009
Siempre es siempre
Buscando novedades, buscando silencios, buscando ideas, buscando ese tiempo inexistente que quiero crear. Un presente eterno como dice una de mis profesoras. Un futuro como el que yo sueño a veces. Un pasado como ese que puede que se me olvide, no sé si para mejor. Pues es que ese futuro que planeaba en algún momento, se acerca a pasos agigantados, violentos y apresurados, casi sin permitir que me de cuenta. Y vienen los encuentros con Elvira, las palabras poéticas desordenadas, El Álbum de Valparaíso y Santiago Waria, palabras, camisa y corbata, calor santiaguino sobre los 30º C y el smog irrespirable de la ciudad más grande de Chile.
Buscando una respuesta proveniente de dimensiones lejanas, que se pelean el modernismo chileno. Aún hay calma, aún hay sosiego, como si el destino hablase en palabras sordas que sólo yo entiendo. Aún hay calma, pero en cualquier momento, vuelve la locura. Vuelve el trastorno, la sinestesia de pensamientos y coordenadas arrojadas por una brújula azarosa. Volverá la locura, volverá lo nuevo, lo extraño y lo novedoso. Entonces perderé la cordura por un momento, pero siempre es bueno perder la compostura por algún momento.
miércoles, 21 de octubre de 2009
Un animal más por cazar
Oigo un grito fuerte: es un joven casi de mi misma edad que ha caído al suelo. Cuando me dirigí para ayudarlo en el escape me hizo un gesto de que huyera, que aún tenía tiempo. Y tenía razón. Alcancé a verlo en el suelo mientras era arrastrado por la tierra, sin piedad. Su ropa estaba rasgada casi por completo y su pecho ensangrentado tenía las carnes rotas, casi mostrando los huesos de las costillas. Creo que quería su corazón, algo debía de tener que tanto les importaba. Vi que su sangre quedaba como huella en el camino que no debía seguir. Todo sucedió en un segundo: los seres lo dejaron en el suelo, mirando al cielo, le atravesaron el pecho; rompieron sus costillas como quien rompe un fósforo, le arrancaron el corazón de golpe y vi cómo la sangre aún chorreaba como si estuviese viva. Luego vi cómo lo arrastraban de nuevo, las plantas de sus pies ensangrentadas caían hacia los lados, tenían las marcas de todos los caminos que había recorrido. De pronto, vi que sus luces se enfocaban directo sobre mí. Me lancé a nadar a toda velocidad, sin preocuparme del frío que reinaba en las aguas casi glaciales. Sentí una mano que me agarraba del tobillo y cerré los ojos para no ver lo que iba a suceder.
Cuando abrí los ojos todo era en rojo y negro. Vi una mano que me abría la piel, lentamente, capa por capa. No sé qué fue lo que sucedió.
lunes, 19 de octubre de 2009
Ensoñaciones confundidas
Me desperté enredado entre las sábanas, mareado como ya había dicho. Una sensación extraña que me cuesta incluso describir (como si las palabras fuesen tan útiles para explicar las cosas del mundo...). Alguien me hablaba y yo veía dos esquemas en mi cabeza: eran letras sueltas, pero ordenadas según una línea que hasta ahora no entiendo. Yo estaba asustado porque se trataba de dos historias -de dos libros, hasta ahora desconocidos- que se me querían mezclar en la cabeza. Como la universidad a uno no lo deja descansar ni siquiera cuando sueña, yo tenía miedo de enredarme con estas dos lecturas y acabar pensando que un personaje era de una historia nada que ver. Fue tan extraño porque me daba miedo algo aparentemente insignificante, que incluso me despertó. No sabía si era real, pero mientras coordinaba los sentidos de la "realidad", vi que lo que había soñado no tenía sentido.
¿Por qué ese temor a la mezcla de dos esquemas de letras, ordenados? ¿Por qué ese temor a confundirme, que una historia fuese la otra y la otra fuese esa?¿Por qué ese temor, incluso en sueños, de unir dos historias que, aparentemente, tienen un hilo común?
domingo, 18 de octubre de 2009
Lugares
Busco una respuesta a los cuestionamientos, busca una vida a mi propia vida, busco un camino que me conduzca hacia el destino que escribo con palabras cada día; que cambio, que borro y rayo para volver a escribir encima, deseando que no se rompa el papel. Busco las pisadas perfectas y la fuerza para avanzar, busco que mis pies dejen huellas y que no las borre el tiempo. Mi piel ha dibujado historias, ¿historias se dibujarán también? Busco nuevos lugares, ¿nuevos lugares me buscan a mí?
viernes, 16 de octubre de 2009
En blanco
Me he quedado en blanco. No. He agotado unas cuántas líneas así de improviso, no las he dejado seguir en blanco.
domingo, 4 de octubre de 2009
Cámara 7 (fragmento)
Una luz pasó muy cerca de sus huellas. Se escondió debajo de la cámara número 12 y esperó que el silencio volviese a apoderarse del recinto. Se acercó al vidrio de la cámara y se encontró con el cuerpo que había visto bajo el agua antes de perder la conciencia y, aparecer enredado de cables. Pero no era un cadáver como él había creído: el hombre respiraba. Buscó las funciones del tablero en un manual digital que aparecía cerca de la ventana: entonces supo que el hombre provenía de un planeta distinto. ¿Era humano? Así lo parecía, pues era de la misma apariencia de un humano. La máquina indicó un error cuando Gabriel quiso indagar respecto a cuál era el nombre de ese planeta; debía conseguirse una clave especial. Estaba frente a un hallazgo de carácter confidencial, pero él era el descubridor y, por lo tanto, exigía saber qué era lo que había encontrado. El hombre abrió los ojos y Gabriel retrocedió de un sobresalto. Entonces la tapa de la cámara comenzó a levantarse y él quiso correr, pero resbaló y quedó sentado sobre las baldosas, mientras el hombre se sentaba, con todos los cables aún conectados al cuerpo. Observó a Gabriel durante un largo instante con una expresión grave, a la vez que analizaba a su compañero.
-¿Eres… humano? –le preguntó a Gabriel.
-Por supuesto, como todos los que hemos nacido en este planeta. ¿Acaso nacen seres humanos en otro planeta? –rió con ironía-. ¿Por qué me lo preguntas? ¿Acaso perdiste la memoria y no recuerdas de qué metrópolis eres?
El hombre se quedó en silencio mientras observaba el lugar e intentaba quitarse los cables que firmemente se le clavaban a la piel. No había caso de tirar para intentar librarse de ellos. Miró a Gabriel una vez más, comprobando que ambos eran similarmente humanos.
-¿En dónde estamos?
-En un hospital… o clínica, o algo así. Creo que en la sala de cuidados intensivos, por eso estamos alejados de los demás. ¿Puedes recordar lo que te sucedió?
-Me llamo Andrés. ¿Tienes nombre también?
-Por supuesto, me llamo Gabriel. ¿Por qué me lo preguntas de esa forma, como si fuese un bicho raro? Te entiendo de que te hayas encontrado con robots o que todo sea distinto a tu metrópolis, pero no me trates como si fuese algo extraño.
-Eres extraño, Gabriel.
-¡No lo soy! ¡Tú lo eres! ¡Tú andas preguntando cosas estúpidas! Tú debes estar loco y por eso te trajeron aquí para ver si es que se te pasaba.
Andrés se largó a reír mientras pasaba su mano por los panelas de la máquina y comprobaba el material de los cables.
-Realmente, no lo puedo creer. Esto parece irreal.
-Me estás asustando, Andrés. ¿Es que acaso me estoy perdiendo de algo?
-Acércate un poco.
Gabriel de acercó a la cámara y Andrés le tocó el brazo. Luego comenzó a tirarle las mejillas.
-Eres real.
-Deja de decir eso; sé que no soy un robot.
-No podría saberlo así como así: la tecnología permite disfrazar cualquier cosa de lata en un saco de piel humana.
-La máquina no me quiso indicar cuál era tu planeta de procedencia. ¿Hay algo secreto en ello?
-No sé; siquiera sé si saben que estoy acá. Aunque… no, ellos me enviaron. No sé cuándo.
-¿Cómo se llama tu planeta?
-Ah,
-¿Alienígenas? Eso son sólo cuentos…
Gabriel palideció al oír el nombre de un planeta que nunca antes alguien le había mencionado. Aunque su más reciente libro hablaba de un planeta extraño, cubierto casi en sus tres cuartas partes por agua y con una población que había comenzado a hacer insostenible la vida. Pero eso sólo era ficción, sólo era literatura, sólo fantasía.
-
-Sí, el tercer planeta del sistema solar en
-Me dan risa tus comentarios, Andrés.
-¿Cómo sabes de ciudades de
-¡No soy un extraterrestre!
-Ya lo creo…
-¿Existe ese tal Valparaíso y esa tal Tierra?
Se encendieron las luces del pasillo y un grupo de hombres vestidos de color azul ingresó corriendo, interrumpiendo, de golpe, la conversación. Tomaron a Gabriel por los brazos y lo arrojaron al suelo mientras se acercaban a Andrés, con guantas y mascarillas para observarlos. Lo obligaron a recostarse nuevamente y lo inmovilizaron, para acercar un bisturí a su pecho. Se oyó un grito de dolor, ahogado bajo una mano que lo intentaba acallar.